DOCTORES DE LO OCULTO
por Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz)
Ilustración de Cubierta de Sergio Bleda
Introducción, selección y edición de Alberto López Aroca
Cubierta a color, con solapas
Interior: B/N
Academia de Mitología Creativa "Jules Verne", 2024
Número de páginas: 700
Este volumen incluye
las siguientes novelas de Curtis Garland:
Los exorcistas
Investigador: Sir Paul Galwin, década de 1970
"Otra
carcajada diabólica rasgó la noche, convulsionando al infeliz, que desorbitaba
sus ojos, clavados en aquella especie de inhumano monstruo que intuía tras los
pliegues de la amplia capa. El rostro espeluznante flotó ante él, en la niebla,
como un inenarrable horror, surgido de las simas mismas de Satán."
Publicada originalmente en mayo de 1975 como número 80 de la mítica colección de bolsilibros Selección Terror (ST en adelante) de Bruguera, Los exorcistas presenta a un Occult Doctor con todas las de la ley: sir Paul Galwin, aristócrata británico nacido en 1944, y experto en fenómenos sobrenaturales.
En el pueblecito de Hardfield se suceden una serie de asesinatos que se atribuyen a una bestia, o puede que a una persona poseída por el Demonio.
Al parecer, Hardfield tiene una larga tradición, que se remonta a 1810,
de quema de brujas, exorcismos y demás lindezas medievales, y entre sus
habitantes se encuentran algunos fanáticos religiosos que podrían ser
tan letales y maliciosos como el mismísimo Satanás.... Ante esta
dantesca situación, impropia del último cuarto del siglo XX, sir Paul
Galwin decide intervenir en el caso como máxima autoridad racional en Ocultismo... Pero, ojo: estamos ante un individuo cuya máxima es: "No descartemos por imposible lo que tan sólo es improbable..."
De esta novela, el experto bolsilibrero (y amigo y compañero de fatigas) Jorge Morón asegura que "es más pastiche de Sherlock Holmes que El fantasma de Baker Street de Garland", una afirmación con la que estamos bastante de acuerdo, tanto por la fórmula de la novela, que es un whodunnit
a la inglesa, como por nuestro flemático investigador y sus
amaneramientos, métodos y deducciones, definitivamente sherlockianos. Si Holmes hubiera sido un doctor de lo oculto (y algún caso realmente insólito sí que hubo de investigar, como el de "El hombre que reptaba"), se habría parecido mucho a sir Paul Galwin.
El monje sangriento
Investigador: Profesor Christopher Saint Cyr, siglo XIX
"Recorro el mundo buscando
sucesos así, indagando casos sobrenaturales… Soy un experto en eso, Malone.
Profesor en Ciencias Ocultas, iniciado en métodos de hechicerías, espiritismo,
ritos vudús, magia negra… Yo sé que puede haber algo, más allá de lo que conocemos
y consideramos como normal. Lo paranormal, sin embargo, no estriba, creo yo, en
que un viejo cadáver resucite para vengarse… Y menos, que un cuerpo de siete
siglos de antigüedad en su tumba, rezume purulencia y esté descomponiéndose…
No, Malone. Algo anda mal aquí. Algo no es como debiera ser…"
Hasta donde sabemos, el profesor Christopher Saint Cyr es el primer Occult Doctor debido a la pluma de Juan Gallardo Muñoz. Su primera (y única, por desgracia) aventura es El monje sangriento,
publicada en ST nº60 (1974), donde este buscador de misterios belga,
aunque de origen francés, habrá de resolver en Centroeuropa el caso un
reviniente asesino. Saint Cyr es, posiblemente, el más canónico,
tardogótico o victoriano de los doctores de lo oculto de Garland, y esta
novela, perteneciente a su primera etapa en Selección Terror, una de
esas obras imprescindibles de la literatura de terror en castellano.
Araña humana
Investigador: Clifford Fry, detective privado, finales del siglo XIX
"Y aquel «algo»
le causó escalofrío de pavor, la sensación alucinante y aterradora de que se
hallaba ante algo que no era de este mundo. Una oronda forma, negra, de erizado
vello lustroso, flotaba en la bruma, desapareciendo hacia las sombras densas
del jardín, como si flotase en el aire. Pero los ojos dilatados de Fry se
clavaron en algo que colgaba del balcón y que, sin duda, era la forma de evasión
del ser de pesadilla que tenia ante si: un hilo sedoso, húmedo y brillante, de
un gris sucio, colgaba, flotante, desde la balaustrada del balcón. Sin vacilar,
disparó contra ella."
Tenemos
aquí una obra realmente extraordinaria entre la producción de Curtis
Garland: una novelita de terror gótico-hammeriano, con un argumento y
estructura tomados de El signo de los cuatro (1887) de Conan Doyle, pero no protagonizada por Sherlock Holmes, sino por un realista detective de una agencia londinense, Clifford Fry,
que se empeña en recordarnos una y otra vez que Holmes es sólo ficción,
que sus métodos son mera inventiva, y que el trabajo detectivesco es
mucho más sucio y pesado que lo que narra el doctor Watson en sus
cuentecitos... Es decir: un hard-boiled sobrenatural victoriano, y al tiempo, holmesiano. ¿Alguien da más?
Araña humana se publicó por primera vez en ST nº416 (febrero de 1981), y es uno de los cúlmenes de la narrativa bolsilibresca y
del trabajo de Curtis Garland. (Y es cierto, pues en este volumen,
difícilmente habrá un lector que pueda afirmar que tal o cual texto es
"de relleno"...)
Pacto... ¡después de morir!
Investigador: Víctor Talbot, finales del siglo XIX
"—Nadie
puede impedir que un asesino le ataque por sorpresa, aprovechándose de
cualquier circunstancia favorable a sus siniestros propósitos —comentó el
doctor Essex, volviéndose lentamente, y echando a andar hacia ellos desde la
galería —. Oí decir que ese muchacho, Talbot, era primo lejano de una persona
que le enseñó a cultivar su ingenio en la solución de problemas deductivos y
cosas así... Su primo es hombre muy experto en tales cosas...
—¿De
veras? —indagó Colin Lee, distraído—. ¿Quién es ese primo suyo?
—Un médico escocés... Mitad
psicólogo, mitad espiritista... Un tal Arthur Conan Doyle".
Si
hay un texto radicalmente "distinto de lo habitual" dentro de la
narrativa terrorífica de Curtis Garland, posiblemente sea la novela Pacto... ¡después de morir!,
publicada en ST nº195 (noviembre de 1976). Si bien es cierto que en la
producción curtisiana hay otras obras, sobre todo de carácter policial,
que tratan el tema de "la víctima que investiga su propio asesinato", debemos que señalar que ésta es radicalmente distinta, pues aquí tenemos a un auténtico cadáver, un verdadero espíritu, que se convierte en detective amateur para esclarecer los hechos de su muerte...
lo cual, en nuestra opinión, califica a esta historia para incluirla en
nuestra serie de Occult Doctors (cuyo concepto y definición, como se
ve, hemos estirado tanto como hemos creído conveniente), aunque sólo sea
por lo bizarro de su planteamiento.
Si a todo esto añadimos lo que se puede leer en las líneas superiores -esto es, que Víctor Talbot es primo del creador de Sherlock Holmes-,
y que estamos ante una historia que combina perfectamente el relato de
fantasmas y aparecidos con el de investigación criminal, podemos decir
con tranquilidad que estamos ante uno de los más ejemplares trabajos de Curtis Garland.
Dinastía diabólica
Investigador: Floyd Lowry, escritor e investigador privado, década de 1980
"[...] puso ante Lowry, en su
mesa de trabajo, un ejemplar de su libro sobre ocultismo y satanismo. «La
morada de las Tinieblas». Uno de los cinco ejemplares, sin duda alguna, que su
amigo el librero había vendido en esos meses.
Floyd pestañeó, perplejo.
Era lo último que hubiera esperado ver. Alzó la mirada hacia su visitante,
enarcó las cejas y manifestó con toda sinceridad:
—Temo no entender.
—Este libro lo ha escrito
usted, ¿no?
—Así es. Pero es una obra
sobre ocultismo, no sobre la ciencia del detective privado, señor conde.
—Por eso he venido a
verle. Necesito un detective... capaz de enfrentarse a Satán, señor Lowry".
Floyd Lowry es el más moderno (en todos los sentidos) de los Occult Doctors
creados por Curtis Garland. Mitad escritor de libros de ocultismo,
mitad investigador privado, es un sobreviviente urbanita londinense que,
sin
poseer la mala sombra o el cinismo del famoso John Constantine de Alan
Moore (creado en 1985), se aproxima más a este personaje o al neoyorquino Harry D'Amour de Clive Barker (también de 1985) que al Carnacki de William Hope Hodgson.
En Dinastía Diabólica (ST nº487, junio de 1982), las simpatías del lector están, desde el principio, del lado de este "joven
anárquico y estrafalario, de larga cabellera, suéter negro de cuello alto con
una gran cruz metálica colgando de una cadena gruesa, plateada, y pantalones
tejanos tan viejos como usados", que se mueve por Londres como
pez en el agua, se detiene en el escaparate de cada sex-shop para mirar
las publicaciones pornográficas, y no se corta en piropear a las chicas
con minifalda. Lo que no sabe Floyd es que en breve se verá con los pies
en el continente europeo, rodeado de los miembros de una extraña
familia sobre la que pesa una maldición desde hace siglos, y enfrentado a
un auténtico misterio paranormal que parece obra del Diablo...
No pararemos en mientes a la hora de decir que esta es una de las novelas más conseguidas de Curtis Garland,
y es una auténtica pena que no existan más aventuras de Floyd Lowry, la
otra cara de la moneda de su más directo predecesor y compatriota
contemporáneo, sir Paul Galwin.
¡Satanismo!
Investigadores: Howard Kyle, escritor y viajero, y Oswald Stenko, parapsicólogo y exorcista (década de 1970)
"Porque el
dulce rostro de la muchachita a quien recogiera en mi coche durante aquel viaje
a las montañas, hecho sólo unas horas antes y, al parecer, realizado hacía ya
siglos, era ahora la máscara misma del horror y de la inmundicia. Emitía gruñidos
confusos, miraba la Cruz con terror, y su faz toda era como una pura lacra, una
masa informe de purulencias y de costras inmundas. Como una leprosa, su carne
se desprendía de sus brazos, repentinamente flácidos y huesudos. La boca era
una mueca, un rictus goteando baba y emitiendo quejido.".
La novela The Exorcist (1971) de William Peter Blatty,
y sobre todo la mítica adaptación cinematográfica realizada por William
Friedkin en 1973, dio lugar a toda una oleada de imitaciones,
versiones, plagios y pastiches de la más diversa calaña. ¡Satanismo!,
publicada en ST nº151 (enero de 1976), es la principal contribución de
Curtis Garland a este sub-subgénero (por llamarlo de algún modo). Y
resulta especialmente valiosa tanto por su acercamiento inicial
explícito a El exorcista, con referencias a Babilonia y Marduck (que sustituye al demonio Pazuzu,
símbolo del Mal en la obra de Blatty), como por su voluntario
alejamiento del "guión original": sí, tenemos un exorcista y una
poseída... pero también hay un grupo de sectarios adoradores de Satanás
(hippies melenudos con una furgoneta pintarreaja de símbolos demoníacos,
continuadores de la obra de la Familia Manson), y un curioso protagonista, el escritor y viajero Howard Kyle, cuyo destino está sellado desde la primera página, aunque ni él ni el lector puedan sospecharlo en lo más mínimo...
Se trata de una obra divertidísima
que se lee con una permanente sonrisa en los labios y la sensación de
estar escuchando el zumbido de un vídeo Betamax; alejada de la faceta
del terror victoriano de Garland, y que forma un curiosísimo díptico
junto con la muy sherlockiana Los exorcistas... pues al igual que ¡Satanismo!, también transcurre en la década de 1970; pero Los exorcistas posee la inconfundible seña curtisiana de sus "Hammer Horrors".
El fantasma de Baker Street
Investigadores: Shelby Hakes, el Gran Detective, finales del siglo XIX; y Shylo Harding, escritor, década de 1970
"Cuando
abandoné con mi amigo el edificio del 221 de Baker Street, no podía
imaginar en modo alguno que era la última vez que ello sucedía. Y que,
en consecuencia, este de ahora, el que ahora empiezo, con dolor y
amargura, tendría que ser... mi último manuscrito sobre la vida
maravillosa que conocí al lado del más notable y sorprendente de todos
los hombres...".
Junto a Rancho Drácula de Silver Kane, El fantasma de Baker Street de Curtis Garland
goza del privilegio de ser uno de los bolsilibros españoles más
conocidos, celebrados y codiciados. Con portada original del gran Miguel García, donde podemos ver una de las poquísimas imágenes de Sherlock Holmes en el mundo del bolsilibro, se publicó por primera vez en noviembre de 1976, en el nº1.370 de la colección Servicio Secreto, de Bruguera, que a pesar de su temática de thriller de espionaje y criminal, también albergó una buena cantidad de títulos de carácter fantástico.
Nuestra
novela tuvo la fortuna de tener una segunda vida en 2011, cuando la
efímera Editorial Darkland realizó una nueva edición (hoy agotadísima),
con un maravilloso prólogo de nuestro viejo conocido y amigo
curtisólogo, Andrés Peláez Paz.
Los aficinados a la figura de Sherlock Holmes tienen, en esta obra, una ineludible cita
con "el personaje real en que se basó Conan Doyle", técnica literaria
mitográfico-creativa que Curtis Garland utilizó en diversas ocasiones
para escribir sobre creaciones ajenas, como el Conde Drácula. Pero es que, además, El fantasma de Baker Street es una grandísima historia de "manuscrito encontrado", totalmente enlazada con la producción de Garland relacionada con Jack el Destripador, donde el misterio que viene del pasado (¡el asesinato de "Sherlock Holmes"!)
extiende sus dedos esqueléticos hasta el presente de los años 70, y
envuelve en sus garras a un escritor de novelas baratas llamado Shylo Harding... nuestro involuntario Occult Doctor.
El resultado de este magnífico trabajo, ampliamente reconocido y valorado, ya es Historia de la Literatura Popular.